viernes, 10 de mayo de 2013

La cara oculta del papa Francisco


Las monjas deben ser “madres y no solteronas”
  

Semejante lenguaje en boca de la máxima autoridad de la Iglesia Católica Romana no merece otro calificativo sino el de vergonzoso. Vergonzoso por irrespetuoso y machista. ¿Se le ocurriría al papa Francisco llamar solterones a los frailes y los curas? ¿Por qué, pues, a las monjas, sino porque tiene asumido el machismo que ese término conlleva? “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mt 12,34)

Fuese cual fuese la intención que motivó esa expresión, quien por el lugar que ocupa debiera dar muestras de respeto y no discriminación, tanto en el lenguaje como en las acciones, no lo está haciendo. En el lenguaje, ya vemos. Y para los hechos no hay más que mirar su empeño en someter a obediencia a la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas (LCWR).

Pero no es de extrañar esa conducta en alguien que fue elegido por un cónclave con abundancia de  mentes conservadoras y retrógradas. Ya se aseguró de que eso ocurriese el nefasto papa Juan Pablo II, de origen polaco y clara militancia anticomunista. Un papa enemigo de los curas y monjas que tomando la opción por los pobres se vieron desprotegidos por la mayor parte de la jerarquía a la cual debían obediencia. Un papa que apostó claramente por el capitalismo, por ese sistema económico defendido por militares y paramilitares en todo el continente sudamericano. Un papa que con tal de frenar el avance de cualquier ideología contraria al capitalismo no dudó en bendecir a los criminales que esclavizaban a los pueblos.

¿Quién puede ser en pensamiento y sentimientos alguien elegido por gente tan autoritaria y retrógrada en materia de derechos humanos y caridad cristiana? Nadie de quien ningún miembro de su iglesia que tenga un mínimo sentido de la dignidad humana pueda sentirse orgulloso.

La grosería del lenguaje empleado para dirigirse a las religiosas que recibió en audiencia no denota sino una lamentable falta de calidad humana, una nula sensibilidad ante los problemas que la violencia machista sigue desencadenando en el mundo. Y lo inoportuno de esa frase puede verse en los comentarios de todo orden que ha desencadenado en diversos medios de comunicación digital.

Lamentamos muy de veras que la Iglesia Católica Romana esté regida por semejante persona. Lo lamentamos porque bien a las claras se ve cuál va a ser la línea de su mandato, bien distinta de la que auguraron algunas estimadas voces del mundo eclesial de América Latina, quienes movidos por la buena fe y quizá por una deseada esperanza se deshicieron en pronósticos favorables.

Lo lamentamos por la desilusión que los esperanzados fieles católicos van a sufrir. Pero lo lamentamos muy especialmente porque creemos en la capacidad salvífica del mensaje evangélico. Creemos que una Iglesia seguidora en verdad del Jesús de Nazaret que nos muestran los evangelios tiene mucho a aportar en este mundo gobernado por la soberbia, la codicia y la violencia.

¡Qué pena que se comporte de ese modo quien mayor ejemplo debiera dar de humanidad y caridad cristiana!+ (PE)

SN 0034/13



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