lunes, 21 de junio de 2004

Docentes insumisos

Escuelas en lucha contra la deshumanización del sistema



A nadie se la oculta que pese a que los humanos somos seres reales y vivimos en un mundo también real en el que ocurren hechos reales, vivimos esa realidad recreándola en nuestra mente, donde la teñimos con el color del filtro de nuestro propio universo mental. Que desde que nacemos y sin siquiera darnos cuenta, vamos edificando la persona que somos en un permanente proceso de adaptación mental y físico al medio. Y que es esa estructura mental tan propia y personal que hemos construido durante ese proceso que es vivir quien determina cómo pensamos, cómo sentimos y como vivimos todo cuanto hay y sucede dentro del contexto que nos ha tocado en suerte. Y hasta tal punto es así, que podemos decir que no vemos las cosas cómo son sino cómo somos.

Adecuar la mente de la población a los intereses de los poderes fácticos ha sido siempre la tarea principal de quienes han ostentado el poder. Son sobradamente conocidos los recursos intimidatorios, propagandísticos y pedagógicos de todo orden que las dictaduras han desplegado siempre y siguen desplegando para configurar el pensamiento de las poblaciones sometidas de manera que favorezcan la realización de sus infernales propósitos. Pues bien, el capitalismo es, de una forma clara y evidente ya hoy en día, una de las más feroces dictaduras que ha padecido jamás la humanidad. Una dictadura que se impone mediante la fuerza represora y de control de los mal llamados estados democráticos, pero sobre todo mediante la imposición de una forma de vivir que aparentemente lo legitima, y que se está haciendo hegemónica a nivel mundial.

A partir de esa esclavitud aceptada, de ese vender el alma por un plato de lentejas o por unas cuantas prebendas, los paladines del capitalismo tienen sometida toda la población, la cual adormecida la conciencia para no tener que enfrentarse a la vergüenza de su complicidad, se convierte en la más ferviente defensora del sistema que la esclaviza. De modo que cualquier gesto de dignidad que conlleve insumisión significa un enfrentamiento no solamente al poder sino también a quienes por cortedad o por cobardía lo aceptan calladamente.

Afortunadamente son muchos los frentes que debe mantener abiertos el capitalismo para imponer su hegemonía y, afortunadamente también, en cada uno de ellos hay grupos humanos de muy distintas filiaciones que resisten y luchan con ánimo de impulsar el avance de la evolución humana, conscientes todos de que no es obedeciendo dócilmente los dictados del pensamiento dominante como le daremos la vuelta al mundo, sino ayudando a que florezcan nuevas formas de vivir y de pensar. Sus voces se alzan desde los más insospechados rincones del planeta con ánimo de impulsar el avance de la evolución humana. Es un clamor, una lucha sin cuartel en la que cada cual resiste allí donde se encuentra.

Resistir, luchar, rebelarse y hacerlo dando la cara y alzando la voz para darnos ánimo. Pero además porque hacen falta gritos que despierten las conciencias...! Pero no voy a extenderme más, ya que de luchar se trata... Mi frente está en la docencia, y en el voy a la carga aprovechando la ocasión para saldar una deuda que arrastro desde hace semanas.

Un amigo mío, que se licenció en derecho por amor a la justicia y que movido por ese mismo amor ha venido con los años a dar en profesor de secundaria —una sabia decisión desde mi punto de vista— me contó hace dos veranos que en su escuela habían iniciado un pequeño experimento que consistía en eliminar el marcador en el campeonato de baloncesto, de modo que no hubiese vencedor ni vencido. Como era de esperar, la iniciativa fue muy mal acogida por padres y madres de los alumnos y alumnas que reaccionaron rápidamente contra lo que a todas luces era un atentado al sacrosanto valor de la competitividad, ese intocable fundamento del capitalismo que consiste en proclamarse vencedor  y erigirse por encima del adversario al precio que sea. Un permanente ejercicio de anulación de la conciencia que lleva al individuo a la insensibilidad ante el dolor que infringe, para así poder pensar tan sólo en la propia gloria. Tremenda mezquindad...! Qué pequeñez de alma...! Qué escasez de valores...! Qué fuente de miseria moral y material, propia la primera y ajena la segunda...!!

Se convocaron reuniones para explicar los motivos hasta que finalmente fue aprobado el proyecto, aunque no sin reticencias como muestra el hecho de que al finalizar la última reunión un padre apostillase

    —Pero no nos engañemos, que el mundo no es como nosotros queremos.

A lo que un profesor le respondió

    —Justamente, por eso lo queremos cambiar.

La iniciativa siguió, y mi amigo me informaba hace unos días que este curso han sido más de seiscientos quienes han participado en ese extravagante campeonato sin marcador. Juegan, compiten, se divierten y durante el tiempo reglamentario cada participante se esfuerza por quitarle la pelota al adversario y encestar, pero sin que nadie le lleve la cuenta de si lo ha conseguido o no. Es una competición consigo mismo, un claro ejercicio de autosuperación, una finalidad que justifica y ennoblece el deporte, una manera fácil y eficiente de movilizar los recursos educativos de que dispone una escuela para tratar de conseguir un mundo menos competitivo y por ende más humano, más limpio de resentimientos, con menos miedo a perder y con menos sentimiento de haber perdido. Una forma, si más no, de ayudar a despertar nuevas sensibilidades, de alumbrar las mentes con una luz que permita una visión de cuanto acontece distinta de la que el poder quiere a toda costa que tengamos.

Ojalá cunda el ejemplo.


kaosenlared.net  21.06.2004  

http://old.kaosenlared.net/noticia/docentes-insumisos-escuelas-lucha-contra-deshumanizacion-sistema

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