domingo, 30 de mayo de 2004

Los tres niveles de Kazantzakis y la educación en la escuela

Los proyectos educativos tienen que perseguir finalidades distintas de las que ahora persiguen. El fin último de todo proceso educativo tiene que ser conseguir unas formas de pensar y de vivir que nos dignifiquen en tanto que seres humanos.  



Desde hace algo más de una semana que no para de rondarme por la cabeza la página que apareció en esta web con el título Tres clases de hombres donde podemos ver unas pinceladas del pensamiento de Nikos Kazantzakis.   http://www.esfazil.com/kaos/noticia.php?id_noticia=2698  

Dejando de lado la corrección que merece el genérico “hombres”, me parece una radical llamada a la conciencia y a la reflexión. La imprimí, amplié el fragmento correspondiente a Alexis Zorbas en forma de pequeño cartel y lo llevé al cole para clavarlo en el tablero de la sala de profes, pero antes lo comenté con mis más afines. 

Parece evidente que esa elevación humana que Kazantzaquis propone exige poner la espiritualidad en el primer plano de la educación, algo que está muy lejos de la presente realidad escolar. Cada vez más, nuestras escuelas se están convirtiendo en una especie de supermercado de actividades educativas diseñadas a gusto de los clientes, que en este caso son los padres y madres de los alumnos, quienes escogen para sus hijos e hijas esos maravillosos patrones humanos que les presenta la tele. Y no nos engañemos, el mundo de la tele no es el mundo que nos propone Kazantzakis sino el quiere el capital. 

Primer nivel. Comer, beber y gozar, y perseguir fama y dinero. Por ahí no vamos a llegar muy lejos. Ese es el camino del consumismo, de la brutalidad, de la injusticia y de la guerra. 

Segundo nivel. Pensar en los demás, ser solidario, sentirse parte de la gran familia humana. Es un nivel muy digno y deseable, pero muy inestable. Es difícil permanecer en él sin sentir la atracción del primero o del tercero.  

Tercer nivel. Sentirse parte constitutiva del universo. Poner el espíritu en el primer plano de la vida. Ese es el norte de la evolución humana tanto personal como colectiva, el objetivo inalcanzable que hay que perseguir incansablemente. 

Me parece evidente que la educación no se debe mover en el primer nivel, que a mi ver es justamente en el que mayoritariamente se mueve. (Por si alguien lo duda, advierto que tengo una bastante extensa colección de lamentables anécdotas que lo demuestran, aunque para obrar en positivo prefiero no usarlas y reservármelas para casos extremos). A mi ver, el nivel mínimo deseable en el cual se debe mover la educación es el segundo, aunque sin descuidar el tercero. 

El tercer nivel es el más difícil de llevar a la práctica y el verdaderamente peligroso porque, como la experiencia nos enseña, el espíritu es el ascua a la que todo el mundo ha arrimado siempre su sardina, y no precisamente con las mas espirituales intenciones. Creo que el gran reto de la humanidad está en encontrar los caminos que nos lleven hacia ese norte. Y ahí, tanto la pedagogía como las religiones tienen mucho que hacer. 

A mi ver, el fin último de todo proceso educativo tiene que ser conseguir unas formas de pensar y de vivir que nos dignifiquen en tanto que seres humanos. Pero eso no es posible si no hay una formulación clara y ética de ese propósito. La educación no puede estar en manos de personas que no tengan un elevado nivel humano. Los proyectos educativos tienen que perseguir finalidades distintas de las que ahora persiguen. Los diseños curriculares tienen que ser mucho menos utilitaristas para poder ser más humanos, porque «nadie puede servir a dos señores». No iremos a parte alguna encendiendo «una vela a Dios y otra al Diablo». El «sí pero... no», no sirve de nada. Hay que optar, hay que tomar decisiones y mojarse.  

Para «...establecer la unidad, es decir la armonía entre el intelecto y el corazón» que pide Kzantzakis, es necesario realzar ese nivel de espiritualidad que nuestra sociedad actualmente tiene olvidado y que incluso desprecia. Pero que nadie se confunda, que no estoy hablando de restauración. Ya lo dejé claro en mi escrito de la semana pasada No más opio para el pueblo, pero no tan sólo pan. Por si no lo habéis leído y sentís curiosidad, ahí va la dirección: 

http://www.esfazil.com/kaos/noticia.php?id_noticia=2756  

Prometo seguir sobre este tema. Tengo una hermosa anécdota para contaros que viene como anillo al dedo a lo que me estoy refiriendo. Pero no quiero abusar de mi turno de palabra, de modo que lo dejo para la semana próxima.  

!!! ÁNIMO !!! 

kaosenlared.net   30.05.2004    

http://old.kaosenlared.net/noticia/tres-niveles-kazantzakis-educacion-escuela
 

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