viernes, 18 de febrero de 2005

Nos tratan como a bobos

Y si bien no debiera extrañarnos ya que el arte de gobernar es un gran ejercicio de pura demagogia, nos duele.


¿A qué viene ese afán de convencernos? ¡Ni que fuesen a decidir según el resultado...! Si cualquier consulta popular es presentada siempre según conviene a quienes la formulan y la única posibilidad de crítica eficaz depende de la fuerza de la oposición política, ésta en la que los partidos mayoritarios abogan por el mismo resultado está ya de antemano condenada al éxito.

No hace falta estar en contra de nada ni de nadie para no ponerse a aplaudir como bobos todo lo que nos propongan. Basta con tener sentido de la dignidad, y querer ser tratados como personas. Porque ¿a qué obedece este alarde de propaganda? ¿Han querido tal vez comprobar lo fácil que resulta engañar al pueblo haciéndole creer que decide algo?

Nos tratan como masa, como simples consumidores. No tan sólo no hacía ninguna falta ese alarde publicitario sino que ésta era una buena ocasión para que los políticos demostrasen un poco de respeto por la ciudadanía y, o bien convocasen un referéndum vinculante o bien planteasen esta campaña de forma pedagógica y no en base a la seducción publicitaria. Pero es evidente que desde la cumbre del poder se contempla el panorama humano respirando aires de superioridad.

Pese a que cada día hay más motivos para pensar que el Espíritu Maligno señorea la Tierra (ya se lo creen hasta en el Vaticano y han organizado cursos para exorcistas), ni que decir tiene que esa propuesta que nos comunican y que hacen como que nos consultan no es un manifiesto claro a favor del Diablo. Cualquier moralista honesto y aun escrupuloso puede hallar en él un buen número de intenciones plausibles. Y cualquier persona henchida de pragmatismo hasta las cejas tenderá a pensar que ésta es una buena propuesta ya que favorece el progreso económico de Europa. Aunque a buen seguro preferirá ignorar que este progreso económico que los políticos europeos persiguen con tanto afán no tiene en cuenta para nada el costo social y ecológico de nuestro bienestar material.

Esta Europa de los estados que los políticos conciben es una apuesta clara por la Ideología Capitalista Neoliberal, reina y señora del Mundo Occidental eso que antaño fue la Cristiandad. En ella el único motivo de existir que tiene el débil es servir al fuerte, de modo que cuando ya no sirve, se le suprime. Por eso ésta es la Europa de unos estados que no tienen en cuenta para nada los pueblos que los componen. Una Europa de sordos, que so pretexto de visión de futuro, pasa página y decide seguir ignorando a los ninguneados. Al fin y al cabo dentro de unos años -da igual pocos que muchos- no quedará en España ni vascos ni catalanes que reivindiquen nada. Pero no porque nos hayamos convertido en europeos de pro sino porque habremos sucumbido ante la indiferencia y el individualismo a los que nos condena ese Capitalismo feroz que cada vez sale más fortalecido de todas las maniobras políticas que lidera.

Pero lo que sí habrá, sin lugar a dudas, en esos Estados Europeos Unidos que se nos avecinan será pobres en abundancia, porque de eso ya se van a encargar los amos del dinero con la ayuda de quienes mandan y gobiernan. Buen augurio pues para quienes viven en su ego el orgullo de formar parte del mundo de los ricos. ¿Que gracia tendría, sino, ser rico en un mundo sin pobres? /PC

| kaosenlared | 18-2-2005 a las 14:07 | 426 lecturas | 5 comentarios
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