sábado, 25 de mayo de 2013

Acerca de la propuesta de Arcadi Oliveres y Teresa Forcades


Ante algunas objeciones que corren por la red, manifiesto que me adhiero porque:

1) Porque no es una propuesta política cerrada sino una llamada a la totalidad de la ciudadanía para consensuar objetivos políticos basados en principios éticos irrenunciables.

2) Porque no creo que ninguna sociedad tenga que regirse por ningún principio absoluto venido de fuera sino que todo tiene que ser consensuado por el pueblo, empezando por la ética.

3) Porque no es excluyente, no cierra la puerta a nadie, no es maniquea, no dice quienes son los buenos y quienes los malos. En ella tienen cabida todos los objetivos políticos que no contravengan los principios éticos libremente acordados.

4) Porque quiero una sociedad sin medias tintas, sin tapujos ni corrupción, controlada desde abajo en base a la tolerancia 0.

5) Porque el socialismo no se impone sino que se construye desde abajo. La historia nos muestra que se equivoca quien piensa que sabe cómo debe ser el socialismo.

6) Porque la sociedad es plural y no creo que se pueda cohesionar en base a objetivos políticos sino a principios éticos.

7) Porque prefiero hacer la revolución a ser revolucionario. Porque me atrae más la responsabilidad que el protagonismo. Porque me importa más lo que se hace que quién lo hace.

8) Porque estoy harto de doctrinas y doctrinarios, de gente entendida que nos diga que hay que hacer y cómo hay que hacerlo. Estoy harto yo y la mayor parte del pueblo.

9) Porque tenemos un pueblo adormecido y hay que despertarlo, despabilarlo, abrirle los ojos... Y el único modo que hay de lograrlo es haciéndolo participar.

10) Porque las revoluciones las hacen los pueblos, no cuatro iluminados. Es el pueblo quien tiene que tomar conciencia y quien debe enfrentarse al poder opresor. En tanto el pueblo no se implique, la lucha será estéril y la revolución fracasará.


KAOSENLARED.NET 25 de Mayo de 2013
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/58231-mes-sobre-la-proposta-de-larcadi-i-la-teresa-cat/cas.html 


viernes, 10 de mayo de 2013

La cara oculta del papa Francisco


Las monjas deben ser “madres y no solteronas”
  

Semejante lenguaje en boca de la máxima autoridad de la Iglesia Católica Romana no merece otro calificativo sino el de vergonzoso. Vergonzoso por irrespetuoso y machista. ¿Se le ocurriría al papa Francisco llamar solterones a los frailes y los curas? ¿Por qué, pues, a las monjas, sino porque tiene asumido el machismo que ese término conlleva? “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mt 12,34)

Fuese cual fuese la intención que motivó esa expresión, quien por el lugar que ocupa debiera dar muestras de respeto y no discriminación, tanto en el lenguaje como en las acciones, no lo está haciendo. En el lenguaje, ya vemos. Y para los hechos no hay más que mirar su empeño en someter a obediencia a la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas (LCWR).

Pero no es de extrañar esa conducta en alguien que fue elegido por un cónclave con abundancia de  mentes conservadoras y retrógradas. Ya se aseguró de que eso ocurriese el nefasto papa Juan Pablo II, de origen polaco y clara militancia anticomunista. Un papa enemigo de los curas y monjas que tomando la opción por los pobres se vieron desprotegidos por la mayor parte de la jerarquía a la cual debían obediencia. Un papa que apostó claramente por el capitalismo, por ese sistema económico defendido por militares y paramilitares en todo el continente sudamericano. Un papa que con tal de frenar el avance de cualquier ideología contraria al capitalismo no dudó en bendecir a los criminales que esclavizaban a los pueblos.

¿Quién puede ser en pensamiento y sentimientos alguien elegido por gente tan autoritaria y retrógrada en materia de derechos humanos y caridad cristiana? Nadie de quien ningún miembro de su iglesia que tenga un mínimo sentido de la dignidad humana pueda sentirse orgulloso.

La grosería del lenguaje empleado para dirigirse a las religiosas que recibió en audiencia no denota sino una lamentable falta de calidad humana, una nula sensibilidad ante los problemas que la violencia machista sigue desencadenando en el mundo. Y lo inoportuno de esa frase puede verse en los comentarios de todo orden que ha desencadenado en diversos medios de comunicación digital.

Lamentamos muy de veras que la Iglesia Católica Romana esté regida por semejante persona. Lo lamentamos porque bien a las claras se ve cuál va a ser la línea de su mandato, bien distinta de la que auguraron algunas estimadas voces del mundo eclesial de América Latina, quienes movidos por la buena fe y quizá por una deseada esperanza se deshicieron en pronósticos favorables.

Lo lamentamos por la desilusión que los esperanzados fieles católicos van a sufrir. Pero lo lamentamos muy especialmente porque creemos en la capacidad salvífica del mensaje evangélico. Creemos que una Iglesia seguidora en verdad del Jesús de Nazaret que nos muestran los evangelios tiene mucho a aportar en este mundo gobernado por la soberbia, la codicia y la violencia.

¡Qué pena que se comporte de ese modo quien mayor ejemplo debiera dar de humanidad y caridad cristiana!+ (PE)

SN 0034/13



jueves, 2 de mayo de 2013

Pastores de la grey

“Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo…” (Eclesiastés 3,1)


Ahora es tiempo de esperanza en el mundo católico romano, muy en especial en el de América Latina, por el advenimiento de un argentino a la sede de Pedro. Es presumible que quienes festejan con gozo ese acontecimiento esperen de él que acabe con esa sarta de escándalos que de un tiempo acá avergüenzan a una buena parte de la población católica del mundo entero. Si esa esperanza tiene algún fundamente o si es puro deseo, ya se verá.

Una lectura atenta de la historia del papado da argumentos más que suficientes para la duda, pues en ella encontramos papas como Urbano II, quien promulgó la primera cruzada, una guerra santa, bajo el signo de la cruz victoriosa. Y como Inocencio III, quien en 1202 proclamó la cuarta cruzada, fruto de la cual fue la conquista de Constantinopla y los tres días de saqueo que le siguieron, y quien más tarde, en 1215, proclamó la gran cruzada de exterminio contra los albigenses.

Encontramos también a Inocencio IV, que autorizó a la Inquisición dar permiso a las autoridades seculares para arrancar confesiones de herejía mediante la tortura. En fin, la lista de quienes ejerciendo la máxima autoridad en la Iglesia Católica Romana han sido motivo de vergüenza es escandalosamente larga. Tan larga, que motivos hay para la duda cada vez que se inaugura un nuevo pontificado.

Quienes tenemos ya alguna edad y miramos con ojos críticos cuanto acontece en nuestro tiempo, no necesitamos echar mano de la historia para encontrar papas cuya conducta nos parece a todas luces más que reprobable. Nos basta con recordar lo que sabemos de Pío XII, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

De Pío XII sabemos que firmó un concordato con Hitler y que dio soporte a los regímenes fascistas de Italia, Portugal y España. Que no protestó contra las leyes xenófobas de Núremberg (1935), ni contra el ataque italiano contra Etiopia y Albania en 1939, ni contra el comienzo de la Segunda Guerra Mundial por parte de los nazis en ese mismo año. Qué guardó silencio sobre el holocausto perpetrado por los nazis. Que bendijo el golpe militar fascista contra el legítimo gobierno de la República y la criminal limpieza ideológica que hizo Franco tras su triunfo armado.

De Juan Pablo II conocemos que heredó el celo anticomunista de su antecesor Pío XII, lo cual le llevó a bendecir la empresa privada y el libre mercado y a pactar con Ronald Reagan el fin de la Teología de la Liberación que amenazaba los intereses de EEUU en América Latina. Mientras él reprendía públicamente a Ernesto Cardenal, los dictadores militares que gozaban de su bendición asesinaban a curas, monjas y civiles que luchaban por un mundo más justo y más humano.

Sabemos que dio especial soporte a instituciones altamente reaccionarias, como el Opus Dei, de quienes canonizó a su fundador. Que bendijo a los Legionarios de Cristo, fundados por Marcial Maciel, quien se ha hecho tristemente famoso por su escandalosa inmoralidad. Que también bendijo a los neocatecumenales de Kico Argüello, que no se distinguen precisamente por su pensamiento progresista. Y que, a fin de dejar asegurada su sucesión en la más absoluta línea reaccionaria nombró un gran número de cardenales de ideología totalmente derechista.

Su sucesión recayó en el cardenal Ratzinger, máximo responsable de la “Congregación Para la Doctrina de la Fe” (Inquisición) desde 1981, quien en el ejercicio de ese cargo reprimió con mano dura a cuantos teólogos y curas osaron cuestionar la doctrina católico-romana, entre ellos a Hans Küng y Leonardo Boff.

Elegido papa en 2005, con el nombre de Benedicto XVI siguió el camino involucionista de su antecesor, llevando a la Iglesia por los caminos del autoritarismo y cada vez más alejados del Concilio Vaticano II. Su gran afán de poder y de protagonismo lo llevó a recrearse de lleno en el mundo de los poderosos, hasta el punto de celebrar su 80 aniversario en la Casa Blanca, en compañía del belicoso George W. Bush. Durante su mandato han salido a la luz numerosos escándalos que bien pueden haber sido la principal causa de su renuncia al pontificado.

Paradójico o si más no contradictorio, resulta pensar que una Iglesia que predica al Jesús de Nazaret como ejemplo de humildad y sacrificio haya tenido papas tan soberbios y amantes del poder como los referidos. Más todavía pensar que hayan sido elegidos por inspiración del Espíritu Santo. Suena casi a traición. Parece como si esa Tercera Persona Divina del Dios Uno y Trino estuviese ensayando el perfil del Anticristo.

En el presente, a Benedicto XVI le sucede el cardenal argentino Bergoglio, quien en una seductora proclama de humildad cambia su nombre por el de Francisco. Pese a que su pasado clerical ofrece serias dudas, la mayor parte de la Iglesia Católica Romana Latinoamericana se muestra orgullosa de él y manifiesta su esperanza de que haga grandes cambios.

Los gestos de cara a la galería que ha empezado a hacer parece que quieran dar la razón a sus fieles seguidores. Pero recordando lo que hemos señalado de sus predecesores nos asalta la duda. Nos preguntamos si esas muestras de humildad son sinceras o si son mero fingimiento. Si al igual que ellos, no va a predicarle humildad al pueblo y obrar en connivencia con los poderosos.

No vamos a aventurar profecías sino a darle tiempo al tiempo. Iremos observando y ya se irá viendo. De momento vemos que tomó entre sus asesores al filogolpista cardenal Óscar Rodríguez Madariaga (*), lo cual no nos parece buen augurio. Pero no nos precipitemos; ya se verá. “Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo…”

 (*) Acerca de Rodríguez Madariaga:

 http://www.redescristianas.net/2009/08/11/cardenal-arzobispo-de-tegucigalpa-oscar-rodriguez-maradiaga-%C2%AByo-soy-el-primero-en-rechazar-el-golpe-de-estado%C2%BB/

 http://www.redescristianas.net/2009/08/21/mis-pastores-nos-e-ocupan-de-mi-rebanose-apacientan-ellos-mismosgabriel-sanchez-montevideo-uruguay/
 
ECUPRES SN 0022/13 

miércoles, 1 de mayo de 2013

Apacienta mis ovejas

Divagación herética acerca de algunos papas


Cuenta un irreverente chiste de café que allá por el siglo IV de nuestra era, viendo Helena de Constantinopla, madre del emperador Constantino, las dificultades que su hijo enfrentaba para mantener la hegemonía del Imperio, elevó sus preces al cielo pidiendo la bendición de Dios. Dado que era mujer piadosa, su plegaria fue escuchada por la Santísima Trinidad, la cual reunida en sesión extraordinaria acordó lo siguiente:

1) Dios Padre Todopoderoso daría poder a la máxima autoridad de sus fieles adoradores y al brazo armado que le diese soporte.

2) Jesucristo se mostraría como ejemplo de humildad y sacrificio, a fin de que el pueblo llano se sometiese mansamente a las autoridades de turno a modo de paciente rebaño.

3) El Espíritu Santo se encargaría de que se eligiese máxima autoridad del Pueblo de Dios a alguien acorde con las acciones del Padre Todopoderoso y de Jesucristo, su Hijo.

Y concluye el chiste diciendo que así fue como Constantino recibió en sueños el mandato divino de poner el signo de la cruz en los escudos y estandartes de sus ejércitos, lo cual hizo que pudiese derrotar a sus enemigos. Como a partir de eso, decidió convocar el concilio de Nicea y presidirlo como autoridad máxima. Y también como de entonces acá todos los papas elegidos por inspiración del Espíritu Santo tuvieron el apoyo de los poderes terrenales, con sus leyes y ejércitos, y mediante la prédica de la humildad contribuyeron a mantener resignados y sumisos a los pueblos sometidos.

A menudo ante un chiste ocurrente nos preguntarnos cómo le habrá venido a la cabeza a quien se le ocurrió. Ya Sigmund Freud se lo preguntó en su día y escribió unas cuantas páginas acerca de cómo se gestan en la mente humana esas agudezas verbales. Pero sin ir tan lejos, cabe pensar que el narrado chiste puede muy bien responder al estupor que a un buena parte de quienes recibimos en nuestra infancia educación católica nos causa la paradójica conducta que ha seguido a lo largo de los siglos esa Santa Madre Iglesia Católica Romana que dice ser depositaria del mensaje de Jesús.

Paradójico o si más no contradictorio es pensar que Jesús de Nazaret, que nunca se valió de poder alguno para imponer sus convicciones, haya llegado a tener como máximos representantes suyos en el mundo a papas tan soberbios y amantes del poder como para recurrir a la violencia siempre que se ha puesto en juego su supremacía o la de la “santa institución” por ellos gobernada.

Una atenta lectura de la historia del papado nos da argumentos más que suficientes para la perplejidad que señalamos. Papas como Urbano II, quien promulgó la primera cruzada, una guerra santa, bajo el signo de la cruz victoriosa. Inocencio III, quien en 1202 proclamó la cuarta cruzada, fruto de la cual fue la conquista de Constantinopla y los tres días de saqueo que le siguieron, el cual más tarde, en 1215, proclamó la gran cruzada de exterminio contra los albigenses. Inocencio IV, quien autorizó a la Inquisición que permitiera a las autoridades seculares la tortura para arrancar confesiones de herejía. En fin, la lista es escandalosamente larga. Tanto, que motivos hay para compartir la sospecha que da pie al irrespetuoso chiste. Y no tan solo en tiempos remotos, sino en los cercanos. Porque quienes tenemos ya alguna edad recordamos lo hecho por papas como Pío XII, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

De Pío XII sabemos que firmó un concordato con Hitler y que dio soporte a los regímenes fascistas de Italia, Portugal y España. Que no protestó contra las leyes xenófobas de Nuremberg (1935), ni contra el ataque italiano contra Etiopia y Albania en 1939, ni contra el comienzo de la Segunda Guerra Mundial por parte de los nazis en ese mismo año. Qué guardo silencio sobre el holocausto perpetrado por los nazis. Que bendijo el golpe militar del fascista Franco contra el legítimo gobierno de la República y la criminal limpieza ideológica que hizo tras su triunfo armado.

De Juan Pablo II sabemos que heredó el celo anticomunista de su antecesor Pío XII, lo cual le llevó a bendecir la empresa privada y el libre mercado y a pactar con Ronald Reagan el fin de la Teología de la Liberación en América Latina, que amenazaba los intereses de EEUU. Mientras él reprendía públicamente a Ernesto Cardenal, los dictadores militares que gozaban de su bendición asesinaban a curas, monjas y civiles que luchaban por un mundo más justo y más humano. Sabemos que dio especial soporte a instituciones altamente reaccionarias, como el Opus Dei, de quienes canonizó a su fundador. También bendijo a los Legionarios de Cristo, fundados por Marcial Maciel, que se ha hecho tristemente famoso por su escandalosa inmoralidad. Y a los neocatecumenales de Kico Argüello, que no se distinguen precisamente por su progresismo. Y que a fin de dejar asegurada su sucesión en la más absoluta línea reaccionaria nombró un gran número de cardenales de ideología totalmente derechista. En fin, que no dejó en mal lugar al Espíritu Santo en lo concerniente a hacer uso de los poderes terrenales y predicar humildad y sumisión al pueblo.

Su sucesión recayó en el cardenal Ratzinger, máximo responsable de la “Congregación Para la Doctrina de la Fe” (Inquisición) desde 1981, quien en el ejercicio de ese cargo reprimió con mano dura a cuantos teólogos y curas osaron cuestionar la doctrina católico-romana, entre ellos a Hans Küng y Leonardo Boff. Elegido papa en 2005, con el nombre de Benedicto XVI siguió el camino involucionista de su antecesor, llevando a la Iglesia por los caminos del autoritarismo y cada vez más alejados del Concilio Vaticano II. Su gran afán de poder y de protagonismo lo llevó a compartir el mundo de los poderosos, hasta el punto de celebrar su 80 aniversario en la Casa Blanca, en compañía del belicoso George W. Bush. Durante su mandato han salido a la luz numerosos escándalos que bien pueden haber sido la principal causa de su renuncia al pontificado.

A Benedicto XVI le sucede ahora el cardenal argentino Bergoglio, quien cambia su nombre por el de Francisco. El pasado clerical del presente papa es motivo de controversia. La mayor parte de la Iglesia Católica Latinoamericana se muestra orgullosa de él y manifiesta su esperanza de que haga grandes cambios. Los gestos de cara a la galería que ha empezado a hacer parece que quieran dar la razón a sus fieles seguidores. Pero quienes miramos la trayectoria del papado con espíritu crítico nos preguntamos si al igual que sus antecesores no estará haciendo lo que dio lugar al irreverente chiste que nos ha servido de introducción: humildad de cara al pueblo y connivencia con los poderosos.

No vamos a aventurar profecías sino a darle tiempo al tiempo. Iremos observando y ya se irá viendo. De momento vemos que tomó entre sus asesores al filogolpista cardenal Óscar Rodríguez Madariaga*, lo cual algo indica. Pero no nos precipitemos. ¡YA SE VERÁ!


* Acerca de Rodríguez Madariaga:

http://www.redescristianas.net/2009/08/11/cardenal-arzobispo-de-tegucigalpa-oscar-rodriguez-maradiaga-%C2%AByo-soy-el-primero-en-rechazar-el-golpe-de-estado%C2%BB/

http://www.redescristianas.net/2009/08/21/mis-pastores-nos-e-ocupan-de-mi-rebanose-apacientan-ellos-mismosgabriel-sanchez-montevideo-uruguay/